No es difícil de entender, es más
complicado de aceptar. Cuando el corazón esta frágil e inseguro no hay mejor
manera remediarlo que despertar una mañana sintiendo nada, dejando en la cama
el recuerdo, la pasión y concentrarse un la vanidad ególatra de cumplirle los
caprichos a uno mismo.
Las dudas mantienen el mal sabor
de boca de la mañana ¿aun me amas?, ¿me dices cosas hermosas para no
decepcionarme de ti, para estar segura hoy y en el futuro?, ¿te quieres coger a
otra? Así de sencillas son las dudas que jamás se van a resolver. Un gran amigo
me decía “solo necesito que ella me diga que no me ama para empezarla a olvidar”
pero no es tan simple, ella no te lo dirá nunca, olvidarla depende de ti y de
tus ganas de dejar de humillarte ante el amor.
Difícil de aceptar que la vida
sigue, que todos debemos de evolucionar, que las tetas de otra son iguales de
apetecibles que las tuyas y que en algún punto esto va a pasar. Como si aquí no
pasara de vez en vez.
El punto máximo del hartazgo es
el que indica que uno se debe de alejar y salir adelante sin un amor ideal,
sufrir por amor ¡que estupidez! Yo tengo demasiadas cosas por que sufrir como
para anexar algo que ni siquiera tendría porque afectarme.
Si me conoces sabrás que yo nunca
preguntaré más de una vez acerca de nuestra situación y nada más, que un día
simplemente quebrare mi caja de cristal y empezare el proceso del desamor sin
avisar, y de un solo camino, de ida. Si me amas dímelo, pues no creerás que tenga
un poder para leer tu mente y saber lo que piensas. Aunque tal vez para ese
momento ya sea tarde. Jamás hay que humillarse por amor.
Hoy como una marejada de ideas me
llego esta, al ver que en siglos no ha cambiado la desesperanza del amor,
esperamos cartas, señas auditivas, esperamos llamadas, esperamos mensajes y
post en facebook y en twitter. Encontramos vagas expectativas de lo
consideramos cierto y lo anexamos a nuestro sistema. Ella puso, él puso, ella escribió,
él contesta. Pero jamás son directos, jamás son reales. Por eso ¡basta de
estupideces! No debemos humillarnos ante el amor.