La luna se muestra por la ventana y el aire da una impresión de que quiere llover, mañana no lo pensaré más saldré de paseo por el centro de la ciudad, quiero salir un poco de la rutina de ser mujer, me convertiré en una niña traviesa que se toma un helado esperando que se haga de noche en la gran ciudad.
Sal, luz y necesidades que controlar, tengo historias pendientes con algunas personas de este mundo y espero terminarlas antes de que me vuelva loca de tanto darle vueltas en la mente, mi mente y la de esas historias sin terminar.
Escuchaba casi el susurro del aire salado de la costa, es como si el futuro me diera miedo y quisiera regresar al pasado a la seguridad que creía tener en mis años de juventud, a la inocencia de los brazos hogareños y a lo que hubiese pasado si la historia ni hubiese transcurrido como lo hizo.
Este fin lo pasare en la playa, donde nadie me moleste y donde pueda pensar con tranquilidad, le tengo tanto miedo al compromiso que ese anillo me traerá en dos meses, no estoy lista para ser mujer, la mujer de alguien, le tengo miedo a la idea de juntos para siempre. Pero aun así me enamora la idea, me enloquece y me pone nerviosa.
Es que si lo vemos así, no es lo mismo pensar y decir ser la futura señora de, pero siempre dejándolo en lo efímero y saber que esto ya no es un juego, que va a pasar y que será muy pronto, pero siendo sincera si no te amará no estaría tan segura de que quiero esto para siempre.
La luna esta sonriéndome y yo aquí esperando que llueva, pero no pasará, ahora solo debo seguir pensando en terminar mis labores para verte mañana y besarte, futuro dueño de mi vida.
