A mi lector

La vida cotidiana esta llena de personas con dobles identidades, y un día de desahogo sentimental decidí crear este blog con el fin de darle voz a mi cerebro, donde mis mas bajas pasiones, mis intentos de asecinato social y mi manera de pensar bajo los efectos de ocio; forman reconditas ideas. Te invito a sentir lo que yo, a odiar conmigo y a... ¡Bueno a la Chingada! solo lee si quieres ok?

martes, 14 de julio de 2009

Las malas apreciaciones del deseo

Ya no quiero desear nada, porque la gente malintencionan los deseo, esos solo se fabrican para alguien, cuando quieres besar a alguien solo quieres bersarle a ese alguien, cuando quieres desnudarlo pasa lo mismo y así cada cosa que quieras compartir con alguien.

Pues bien los deseos no deberían ser compartidos, no receptivarse en alguien que no es el pensado inicialmente, porque el sentimiento disminuye y con eso la excitación y las ganas, pero debemos poder observar que hay ocasiones donde no se tienen las mismas ganas que tú como emisor, así que deja esas ganas que te hacen daño y comienza a fabricar unas nuevas, porque a quien deseas no las merece.

jueves, 9 de julio de 2009

Las Maravillas del Internet

No tenía idea hace cuanto no me divertía jugando por el Messenger, estabas ahí en lo ociosidad de la madrugada y yo, simplemente no podía dormir; abrí sesión pensando en distraerme platicando, mas nunca imagine que la diversión sobrepasaría las fronteras de la carne.

Establecí comunicación directa contigo con un “hola ¿Qué haces a esta hora?” y conversamos de nuestras vidas, de nuestros sueños y de pronto conversamos de nuestras fantasías, “la mía la sabes desde hace tiempo, es Morelia”, te dije. “La mía, mmm no se, serías tu ahorita”, “¿ahorita?”.

Parecía extraño pensar en un ahorita, el tiempo, el horario, incluso la flojera no dejarían ese ahorita serlo de ese manera, parecía más un después o un lo vemos la semana que viene, pero no un ahorita; reí sin que te dieras cuenta y escribí sin pensar, “pues soy tuya ahorita”.

El ring de la camarita avisando la opción de una videollamada, me advirtió de tu presencia de cazador de media noche, accedí por diversión y debo admitir que fue injusto puesto que tú no tienes camarita en tu computadora.

Te salude con la mano y con el cuerpo desnudo por el calor de la noche, tardaste en escribir, tal vez la conmoción, la sorpresa, no sé y no creo saberlo nunca, porque de inmediato dije “se me olvido ponerme una pijama, es que hace calor aquí”, escribiste que no me la pusiera y obedecí.

Esa noche notaste como he crecido y lo buena que soy frente a las cámaras, esa es mi profesión. Los chistes vinieron horas más tarde y después de muchas sonrisas, pero la madrugada acababa y la escuela esperaba para ambos, buenas noches y la intención de dormir, nos despidieron casi sin poder evitarlo. Pero las maravillas del internet jamás las olvidaremos.

Un sueño

El amante de mis sueños húmedos volvió a visitarme entre el sueño ligero y el profundo, serian como las dos de la mañana, pero no tengo seguridad alguna de ello, puesto que según me han dicho los sueños se repiten una y otra vez.

No me sorprende su visita, ayer el calor corporal no me dejaba ni siquiera dormitar y la ropa era retirada con cada parte del cuerpo que era dominado por el sudor de mi noche y sin nada sobre mí por fin me rendí ante la profundidad del sueño.

Ahí estaba él, aun con el cabello hasta el hombro y con el deseo brotándole en cada mirada y en cada jadeo de necesidad de mí, me encontraba sentada en una cama grande y me sentí pequeñita y tímida, mis manos apretaban las sabanas más y más mientras él se acercaba a mí. Sin pedirme permiso hozó en tomar mi blusa y desabrochar sus botones, seguidos de su boca por aquellos lugares donde la piel quedaba al desnudo.

Mi respiración paso a detenerse, aumento, se detuvo, gimió, se detuvo; no recuerdo en qué momento mis ojos se cerraron y el olfato se intensifico de manera que reconocí ese olor de hombre que solo él tiene, que ningún perfume disfrazaría jamás, su cabello tenia vida y mientras me recostaba ese cabello acariciaba mi piel y mi cara.

Lo deseaba tanto, sus manos retiraron el resto de mi ropa y se detuvo, me acaricio la cara, me beso y en ese beso se robo mi alma y mi aliento, no quería dejar de besarlo, y mi miedo se transformo en necesidad, me levante de la cama y retire su ropa a prisa como niña que recibe un juguete envuelto, él sonreía como divirtiéndose de mí y justo frente a su cuerpo desnudo me detuvo y volvió a tener el poder.

Me tomo del rostro una vez mas y me acaricio la piel sin prisa y contemplándome así como él, estaba roja del rostro, lo sé, sus manos exploraron más de lo que yo pudiera resistir y no supe en qué momento sus labios volvieron a besar: mis ojos, mis labios, mi cuerpo, mi vida.

Parecía que dormía, pero en realidad despertaba a este mundo, el mundo real, sin amantes de sueños, sin sensaciones, sin nada solo con esperanzas y esperas interminables.