A mi lector

La vida cotidiana esta llena de personas con dobles identidades, y un día de desahogo sentimental decidí crear este blog con el fin de darle voz a mi cerebro, donde mis mas bajas pasiones, mis intentos de asecinato social y mi manera de pensar bajo los efectos de ocio; forman reconditas ideas. Te invito a sentir lo que yo, a odiar conmigo y a... ¡Bueno a la Chingada! solo lee si quieres ok?

jueves, 9 de julio de 2009

Las Maravillas del Internet

No tenía idea hace cuanto no me divertía jugando por el Messenger, estabas ahí en lo ociosidad de la madrugada y yo, simplemente no podía dormir; abrí sesión pensando en distraerme platicando, mas nunca imagine que la diversión sobrepasaría las fronteras de la carne.

Establecí comunicación directa contigo con un “hola ¿Qué haces a esta hora?” y conversamos de nuestras vidas, de nuestros sueños y de pronto conversamos de nuestras fantasías, “la mía la sabes desde hace tiempo, es Morelia”, te dije. “La mía, mmm no se, serías tu ahorita”, “¿ahorita?”.

Parecía extraño pensar en un ahorita, el tiempo, el horario, incluso la flojera no dejarían ese ahorita serlo de ese manera, parecía más un después o un lo vemos la semana que viene, pero no un ahorita; reí sin que te dieras cuenta y escribí sin pensar, “pues soy tuya ahorita”.

El ring de la camarita avisando la opción de una videollamada, me advirtió de tu presencia de cazador de media noche, accedí por diversión y debo admitir que fue injusto puesto que tú no tienes camarita en tu computadora.

Te salude con la mano y con el cuerpo desnudo por el calor de la noche, tardaste en escribir, tal vez la conmoción, la sorpresa, no sé y no creo saberlo nunca, porque de inmediato dije “se me olvido ponerme una pijama, es que hace calor aquí”, escribiste que no me la pusiera y obedecí.

Esa noche notaste como he crecido y lo buena que soy frente a las cámaras, esa es mi profesión. Los chistes vinieron horas más tarde y después de muchas sonrisas, pero la madrugada acababa y la escuela esperaba para ambos, buenas noches y la intención de dormir, nos despidieron casi sin poder evitarlo. Pero las maravillas del internet jamás las olvidaremos.

2 comentarios:

Marius Felix Bemba dijo...

Que celos!!!

alter-ego dijo...

Mhmhm...(es de que estoy pensando no de que me saboreo)no sin duda no puedo más que sentir envidia.