A mi lector

La vida cotidiana esta llena de personas con dobles identidades, y un día de desahogo sentimental decidí crear este blog con el fin de darle voz a mi cerebro, donde mis mas bajas pasiones, mis intentos de asecinato social y mi manera de pensar bajo los efectos de ocio; forman reconditas ideas. Te invito a sentir lo que yo, a odiar conmigo y a... ¡Bueno a la Chingada! solo lee si quieres ok?

jueves, 9 de julio de 2009

Un sueño

El amante de mis sueños húmedos volvió a visitarme entre el sueño ligero y el profundo, serian como las dos de la mañana, pero no tengo seguridad alguna de ello, puesto que según me han dicho los sueños se repiten una y otra vez.

No me sorprende su visita, ayer el calor corporal no me dejaba ni siquiera dormitar y la ropa era retirada con cada parte del cuerpo que era dominado por el sudor de mi noche y sin nada sobre mí por fin me rendí ante la profundidad del sueño.

Ahí estaba él, aun con el cabello hasta el hombro y con el deseo brotándole en cada mirada y en cada jadeo de necesidad de mí, me encontraba sentada en una cama grande y me sentí pequeñita y tímida, mis manos apretaban las sabanas más y más mientras él se acercaba a mí. Sin pedirme permiso hozó en tomar mi blusa y desabrochar sus botones, seguidos de su boca por aquellos lugares donde la piel quedaba al desnudo.

Mi respiración paso a detenerse, aumento, se detuvo, gimió, se detuvo; no recuerdo en qué momento mis ojos se cerraron y el olfato se intensifico de manera que reconocí ese olor de hombre que solo él tiene, que ningún perfume disfrazaría jamás, su cabello tenia vida y mientras me recostaba ese cabello acariciaba mi piel y mi cara.

Lo deseaba tanto, sus manos retiraron el resto de mi ropa y se detuvo, me acaricio la cara, me beso y en ese beso se robo mi alma y mi aliento, no quería dejar de besarlo, y mi miedo se transformo en necesidad, me levante de la cama y retire su ropa a prisa como niña que recibe un juguete envuelto, él sonreía como divirtiéndose de mí y justo frente a su cuerpo desnudo me detuvo y volvió a tener el poder.

Me tomo del rostro una vez mas y me acaricio la piel sin prisa y contemplándome así como él, estaba roja del rostro, lo sé, sus manos exploraron más de lo que yo pudiera resistir y no supe en qué momento sus labios volvieron a besar: mis ojos, mis labios, mi cuerpo, mi vida.

Parecía que dormía, pero en realidad despertaba a este mundo, el mundo real, sin amantes de sueños, sin sensaciones, sin nada solo con esperanzas y esperas interminables.

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