Cuando camino no veo a mí
alrededor algo mágico, la gente es aburrida y mediocre y el que se rescata de
este bote de basura es solo lo que aun se puede consumir pero no lo que se
considera un gran manjar. Que aburrida es la jodida y retorcida vida mía, son
los recuerdos los que me hacen seguir viva en este subconciente en el que vivo,
quiero cambiar de nueva cuenta de forma y de cuerpo porque este, en el que vivo
hoy, es tan soso y aburrido como la misma vida.
Para darme baños de pueblo esto
ya fue más que suficiente; cuento con fervor los meses, los días, los minutos,
las horas y quiero cambiarlos a todos; bañar a los sucios y educar a los
groseros; no quiero ni necesito volverme a mezclar con esta gente corriente,
que no lo son por ser humildes -ya que los humildes a esos los respeto- son los
corrientes, estos son los que me desquician a los que aborrezco.
Pienso en lo que me da asco; me
dan asco los hombres que se acuestan con prostitutas, me asquean los y las que
mastican con la boca abierta; los que no leen libros, los que no tienen más
cultura que la banda y el reggaetón, las que tienen hijos y dejan de trabajar,
las que lloran por todo, los y las gordas, los déspotas, los nacos, los que no
saben mandar y los que no saben obedecer, los que creen que el mundo está a sus
pies porque no quieren ver que se están quedando solos, los que compran los
amigos, los que usan drogas no para mejorar su realidad sino para olvidarla,
los que no van a la playa sino van a un hotel 5 estrellas; los que prefieren
ser los grandes entre los pendejos, que el más pequeño de los grandes.