Come Undone, de Duran Duran tiene un tonito peculiar que me
prende; está hecha para abrir fuego en las masas. Independientemente de su
letra. Me gusta posicionarme sobre mi hombre para ser la dueña única de los
movimientos pélvicos y cantar a voz bajita esta canción.
La bata liviana se abre un poco por debajo de las piernas,
aunque su transparencia deja al pudor muy lejos del sillón. Café caliente y un
buen libro en mano marcan un domingo tranquilo y sin las prisas de llegar hasta
el otro lado del mundo.
La radio encendida con esta canción que, a decir verdad,
susurro cuando hago el amor. Sonrió para mí de manera maliciosa y doy un sorbo
profundo. La música comienza a subir de volumen y mi hombre baja para darme a
entender que la canción le recordó lo que cada noche hacemos a la luz de las
velas con sonido alto para envidia o deleite de mis vecinos.
A mí me fascina hacer el amor con música. ¿Y a ti?
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