A mi lector

La vida cotidiana esta llena de personas con dobles identidades, y un día de desahogo sentimental decidí crear este blog con el fin de darle voz a mi cerebro, donde mis mas bajas pasiones, mis intentos de asecinato social y mi manera de pensar bajo los efectos de ocio; forman reconditas ideas. Te invito a sentir lo que yo, a odiar conmigo y a... ¡Bueno a la Chingada! solo lee si quieres ok?

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Te perdono


Te lo perdono todo, las falsas esperanzas del pasado, los pretextos, mis calificaciones, los ritos, la pizza helada y el vino tinto caliente. Te perdono las esperas del pasado, las lagrimas a las tres de la mañana afuera de tu departamento.

Te perdono que no me valorarás, o que a tus ojos solo fuera una niña que cogía demasiado bien. Te perdono incluso la realidad de que nunca coincidimos, los logros que creimos tener y la frialdad con la que salí de aquella relación para entrar al mundo. Las injusticias del tiempo y esos ojos verdes. Te perdono el secreto y la burla de lo que fui. Te perdono incluso que me perdonarás cuando yo jamás me pude perdonar.

Los que no te perdono es que te robes mis gustos, mis chistes, mi música y mi sarcasmo social, porque esos siempre fueron un poco diferentes entre nosotros, pero mi música ¡mi música! ¡¡¡Eso es mio!!! ¡¡¡Y solo mio!!! Eso no te lo perdono.

Adiós a la niña buena


Hasta aquí llegue con el yo entiendo, con el comprendo, con el no te preocupes. Hasta aquí llego la niña buena, la hermosa y dulce sonrisa de mosca muerta, estoy harta de que la gente me vea feliz con hipocresía social. La perra volvió a casa y se apodero de todos lados, se apodero de mi ropa, de mi peinado, de mi hombre y de mis pensamientos. Y de pronto le digo Fuck a todo y me siento muy bien. Ahora ya no hago el amor, cojo con alguien; ya no extraño, dejo que la vida siga y me lave madres todo; ya no lloro por lo que no fue o la esperanza; sonrío con malicia y bailo hasta caer muerta; pero lo mas importante Fercha esta al mando y el resto del mundo me importan un bledo. Es mejor eso que olvidar, la indiferencia hace que el mundo sea una vasca más digerible. Este año nuevo mi único propósito es tomar, fumar y bailar más. Y a quien le guste y a quien no pues ni modo ya esta decidido.

Niña mala a la calle a jugar


Me gusta esta sensación de perra que ya no es tan común como antes, me preparo para una noche como ninguna, donde la locura y la ansiedad se mezclan con el vino, la fiesta y el recuerdo. Mis amistades me esperan y me esperan sola, sin acompañante. Ellos saben que cuando estoy sola Fercha sale a la luz y la tierna Fernandita se va a dormir.

Esto es algo ritualista, medio sagrado pero no santo. La ropa esta lista junta con los zapatos, la actitud y las pastillas para durar toda la noche. Es hora de que bailando deje los recuerdos a un lago y le diga adiós a las esperanzas del corazón, esa noche será solo nuestra ni terceros ni cuatros invitados, solo nosotros igual de insaciables y ritualistas.

Poco cada uno de los elegidos esta siendo invitados y los puntos de desahogo social están comenzando a colocarse en el mapa. Ya pronto estaré en el lugar para bailar y cantar hasta el amanecer. A diferencia de otras reuniones con barbaros y con trovadores en esta reunión se ve glamour, egocentrismo y muchas botellas de vinos y whisky. Todos formales porque así somos los narcisistas.

La niña mala saldrá a las calles sedienta de alcohol y música con bit, una etapa que hace años no vivía, rodeada de mis mejores amigos no soy mas que una reina con sequito, pero esta vez no jugare con los hombres a mi alrededor, esta vez no desechare machos uno tras otro después del primer vaso de whisky y del primer índice de que no tienen cerebro; ya no es como antes, estas son las grandes ligas donde saberme y no poder acercarse hace la diferencia.

Tengo mi sonrisa malévola, las ganas de ver la los demás por el hombro y el fastidio de sentirme rechazada por personas importantes que no pueden verme. Así que no hay mas condescendencia, “Fercha es Fercha” decían cuando alguien preguntaba de mi, la única manera de saber quien soy es a mi lado. Fercha es un cumulo de valemadrísmo social junto con un alto egocentrismo personal y un alterego que la defiende de sus propios sentimientos junto a muchos amigos que la ayudan a definirse como es. Eso se verá el sábado por la noche. Esa fiera saldrá como hace años no, y todos sabrán que así ha sido aunque no me conozcan.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

La realidad


La realidad se estrella en tu cara y se rompe en mil pedazos que caen el piso desangrándote cada que los pisas. Mi realidad esta bajo mi pies y no quiero verla, es incluso mas dolorosa que pisar esos trozos de realidad y desangrarme cuando camino sobre de ellos.

La realidad es el antídoto al veneno que coloco a diarias porciones en mi comida y que prefiero comer porque el veneno es mucho más fácil de ingerir que un bonche de realidad pura. Aunque con el tiempo me muera y mi ser interior se deteriore no quiero el antídoto de la realidad.

La realidad es esa casa de espantos en la feria local que sabemos que no da miedo y que una vez pasada dejará de provocarme miedos al pasarle de lado, pero no quiero entrar ni sola ni acompañada y me quedo fingiendo que no me asusta, que sé todo lo que ahí sucede y fingir que son niñerías y justificar con eso que no entraré cuando en el fondo, sin importar la edad no entre y siga pasándole de lado con la vista en los pies y temerosa.

La realidad así como el amor duelen, te atosiga y está ahí por siempre para recordarte lo cobarde que haz sido, para decirte que las decisiones que has tomado no son las correctas sino las que tú crees que son. Así como hombres luchas por causas perdidas, por justificaciones mediocres y por creencias que no valen la pena. Yo también quiero caminar por este sendero y justificar mi mediocridad y drogándome ante la realidad porque no puedo con ella.

Quiero arrancarme los ojos


Quiero arrancarme los ojos, estos ojos verdes que solo me hacen llorar. Quiero arrancármelos y tirarlos a la basura, quiero no ver, no saber, no verte así feliz sin mi. Quiero no ver tus fotos y a la novia de blanco que a tu lado sonríe. Quiero arrancarme los ojos que hoy no podrán llorar por respeto a quien esta a mi lado. Saber que esto es un game over, pero no solo eso, es la esperanza, es el término de una platica que no se concreto. Es la prisa, la maldita prisa de morir ya, de terminar con en sin fin de envidias y desasosiegos con lo que ya no puedo.

No se si es a ti a quien extraño, o las platicas o los cafés que no se tomaron, o es el sexo prohibido y las mordidas de mis dedos gordos; hasta hace unos instantes tu solo llegabas esporádicamente a mi cerebro, si esporádicamente es una vez al mes o quince veces en diciembre. No sé si lo que realmente pasa es que te envidio, que envidio que te hayas enamorado tanto como yo lo hice de ti alguna vez, que te sientas hoy como alguna vez yo sentía. O será que a ti no te pusieron el pretexto de un pasado, familia e hijos para ser feliz, que encontraste alguien que no te dio ningún pero.

Quiero arrancarme los ojos y el corazón, porque ahora lloro y tengo rabia, tanta rabia por tu felicidad, la que yo no tengo. En el fondo sé que la rabia es por haber sido tan fría y el llanto es por el hecho de que sé que en el fondo no eras tu lo que anhelaba sino la idea de sentirme como tu, alguna vez.

Punto final


¿De qué sirve querer, sentir a corazón abierto que alguien me importe de manera casi celestial cuando querer me roba la razón y no me deja razonar? ¿Cual es la razón para engancharse a un futuro o un pasado que en mejor instancia ya no existe o jamás existirá? Enamorarse es pedirle a un tercero que decida por ti, que te muevas en aguas foráneas y que tu vida se volqué al gusto y a las necesidades de otros.

De todas las versiones de amor que conozco no hay una que este completa y que proporcione al cien por ciento satisfacción a los seres humanos que en ella se desplazan. Hoy paseo por la calle Melancolía de Sabina y tengo tristeza y de pronto coraje y de pronto amor y vuelve el coraje con más intensidad y un odio a la vida. En fin, mil y un sentimientos que en otras épocas, por lo menos hace seis meses no me hubieran pasado.

Asumí que algún día terminaría de la mano con un europeo trascendentalista que gustara del pop art y la trova latina, o de un trovador latino  izquierdista cuyo tesoro es una biblioteca de los poetas modernistas y de los autores contemporáneos; en el peor de los casos un burócrata que perdiera la cabeza por mis curvas y el sexo, por mis pies descalzos y mis hábitos poco elitistas. Y cuando pienso es esto el corazón revolotea y comienza a bailar. La realidad es cruda y sin tanto sueño.

Estando a semanas o días del inicio de mi futuro, de ver que de todos mis sueños no tengo ni uno cumplido y de que no importa con cuantos millones tenga en mi mano cuando muera jamás será el dinero lo que me haga sonreír, que en la vida uno encaja o no en los tiempos libres de los demás y que esta ciudad ya no me ofrece más que dinero y estabilidad económica y nada más me pregunto ¿de qué me estoy desenamorando, de mis sueños, del amor conceptual, del amor real, de la ciudad o de mi misma? ¿Es acaso que la última de mis esperanzas se fue con el tan fastidioso concepto de ser amigos o con el igual fastidioso concepto de para-toda-la-vida?

Y no creo que me encuentre en un estado de depresión como hace 2 años, en perspectiva no tengo los 65 kilos que pesaba en ese entonces. Pero hartazgo si creo, hartazgo de todo y todos, de oír cosas que me parecen basura, que conceptos que son mediocres, de ideas que hacen más infelices a los demás y de lazos que unen lo que ni de chiste debería seguir así de aferrado. En sí, este es un punto final en mi vida, para un inicio más glorioso y un poco más ajeno de los dolores y las preocupaciones de mis semejantes, más ajeno a lo que fue y a los sentimientos que se deben ir por la taza del inodoro. Dejar de sentir y volver a pensar, manejarme de la manera que mejor me va, cuadrada y que mis amistades, al amor conceptual, la familia y los sueños esperen a un lado de la chequera y de los trajes caros, que esperen a lado de mis libros y mis nuevas filosofías de vida y ya que el tiempo me diga si es mejor así.