¿Cuál era el fin de todo esto?

Hasta donde yo tenía entendido, no era ese mi plan el día de hoy. Hoy quería pasar un rato a tu lado besándote y recordando con cada beso porque seguías siendo mi favorito, aunque no fueras perfecto.

¿Es pecado tener dudas de seguir en algo que no ve que mejora? (porque no me digas después de hoy que lo hará), solo faltaba una palabras para dormir pensando que eres todo para mí, ahora no sé, creo que eres de esa especie que después de estar casi sordo, aun le sube mas al sonido hasta que llegue solo el silencio.

¿Cuál es el fin de hacer las cosas más grandes?, ¿Cuál? Ahora no sé, igual conseguiste lo que querías, que decidiera apartarte de mi vida, no sé, mañana tal vez se me pase o tal vez no, pero hoy quedas descartado de mi agenda, por un tiempo.

Que triste saber, que intento retenerte entre Sonata Artica y los recuerdos de poemas, que al menos hoy, no te ayudarán.

Adios!

¿Y a que mujer no le gustan los cortejos?

¿No merecía acaso las rosas que me dan? Las sonrisas salen de mi rostro ya sin ser fingidas, suplico a los cuatro vientos que aprendas pero a ti eso no importa, porque no solo de amor vive el hombre ¡carajo! Olvide lo que era ser mujer afuera de una cama, lo olvide pero alguien lo recuerda, alguien no se molesta por quien fui, soy o seré.

Solo piensa en mí y eso me agrada tanto como no tienes idea. No me gustan las comparaciones solo aprecio las ventajas, de verdad que el sentirse tan elogiada, llena de halagos y se cariño, es algo hermoso ¿Por qué me aferro a un pasado que ni tiene intención de mejorar? Y ¿a que no sabes que’ ¡¡¡Me encantan las sorpresas!!!! No me gusta que me digan lo que me planean hacer ¡¡¡Eso me molesta tanto!!! Pero antes no lo sabía.

Ahora lo sé ¡¡¡Me gustan los cortejos, chingada madre!!!

Ferchenea la Diosa

Ya no quiero ser mas Diosa, nunca más. No quiero ser tan celestial e intocable, tan destellante, de corazón inalcanzable y con un brillo de mil soles que deslumbra y no deja ver.

Quiero mutar de Diosa a mujer, una simple hembra, que se pueda besar, tocar, acarisiar. Una hembra que sienta y se enamore, que viva. Hoy (tal vez será solo hoy) quiero sentir y no puedo, por la lejanía de la presencia del macho domable, por la seducción del misterioso caballero del recuerdo o la indomable niñez perpetua del hombre que ya conozco.

Ya no quiero ser mas una Diosa, hoy quiero desgarrar las sabanas del Olimpo con la mortalidad de algun ser, pero no cualquiera, así no debe ser, y aunque mute en mujer sigo siendo una Diosa que requiere de lo mejor, de alguien que valga, aunque sea para esta noche.

Quiero grandes lecturas de cosas que no conozca, quiero que me platiques al oído no cosas de amor, sino de sueños, vidas, elementos, pasiones, historias. Quiero que tomes conmigo café y prendas inciensos en mi cuarto, que lo impregnes de flores pero no cualquier flor, flores exóticas para mí. Quiero me platiques del pasado, del tuyo propio, que me cocines sensualidad a fuego bajo y me lo des con fruta deliciosa en mi boca.

Por eso ya no quiero ser mas una Diosa, más bien quiero ser tu mujer, mi extraño amigo.

Un antojo desesperado

Lo imagen tal cual lo había visto algunas veces; estaba dentro de mi clase de literatura y no pude dejar de pensar en él y se me antojo tanto y tanto, que el gusto se me subió al cerebro y me aparto del mariachi libertino y la adulación a Maradona.

No pude pensar en nada mas, lo quería, un gran antojo, alargado, calientito y recién salidito. ¡Oh Dios porque me castigas así, no puedo, no debo, no hay! Y digo a quien no se le antoja alguna vez, es verdad que puede antojárseles más a las mujeres como yo, que todo lo bueno o malo lo compensamos con él, que lo disfrutamos hasta cuando está prohibido.

A mí en lo personal me encanta grandote y calientito, me gusta comenzar a quitarle partecitas y lamberlo antes de meterlo completito a la boca, pero eso depende de las ganas, cuando son muy pocas lo meto poco a poco y termino devolviéndolo de malas y sin ganas de tener otro igual hasta dentro de semanas o días.

Decía que a todos se les ha antojado alguna vez, los niños casi no tienen esa clase de antojos, algunos dicen que nos les gusta pero en momento de verdadero antojo lo tragan completo y luego se hacen los desentendidos y te dejan sin nada y con ganas de comerte uno también.
Otros desde chicos confiesan ser amantes de morder, lamer, y todas esas cosas que las niñas gozamos de presumir. Ellos no tienen tantos complejos como a los que no les gusta, pero que terminan comiéndolos igual o más. A mí me gusta con leche, porque se digiere más fácilmente pero igual cae bien con miel, a chantillí o mermelada, algunos con sal (aunque eso es más raro de lo que parece).

En fin decía que me dieron ganas y no debe ser así, y claro uno calientito recién salido no caería mal, pero no puedo, no debo. Además aquí no venden, esperaré llegar a la panadería de mi casa y llevar algunos para comer después. Adoro el pan ¿y tú no?

Las Botellas

Si intentará deshacerme de ti
Tendría que tirar por la ventana las botellas
La primera cuando te enamoraste
Enamorado de verdad.

Segunda, las luces ficticias, contigo y el frio
Con ese descubrimiento de tus punto excitantes,
Temeroso e inquieto
Niño jugando a ser hombre.

Mis botellas que son
Mis triunfos, mis derrotas, mis miedos
Qué veces impedían qué pensará que te irías de mi lado
Ahora la ironía de la vida; te has ido.

Y ahora te recuerdo feliz
Las botellas me recuerdan a ti
Recuerdo dentro de ellas cuando amabas
Amabas sin juzgar, sin pensar, sin medir.

Ya no abra brindis tardíos
No podrá tomarse más vino
Y prometo que tendrás bacanales
Con botellas que guardan los secretos.

Narración de un sueño que termina

No me pidas dejar de quererte
Mucho menos pidas retornar
Volver contigo, volver a ti
A tus ojos, tus gustos, tú sólo.

Las transformaciones nocturnas,
El opio del perfume de ti,
La pelusa de tu cabello;
Cosas para no derrumbarme.

Me acuesto siendo líquido,
De pronto, no más oxigeno.
El calor de la noche mata,
Calor de noche, hierve sangre.

Me convierto en gaseoso
Y deambulo como nube.
Te veo dormido y desnudo
Y sin mí, y sin extrañarme.

¡Y me lleno de rabia por ti!
Porque ya no puedes sentirme,
Me precipito en mi cama
Y yo, soy lluvia desprendida.

Seguiré

Solamente voy a llorar una vez y después me levantare por encima de mi misma y seguiré siendo yo, pero con la grata diferencias de haberme visto en el espejo de su mente. Por primera vez no pienso odiar a nadie, desconozco el sentimiento que se sobrepondrá a la tristeza.

Pero esta vez no me derrumbare, creo que le vida no me deja derrumbarme aunque yo quiera. Tu correo son la clase de cosas que hace que me sienta amada, especial, querida. No busco que sea lo inesperado, ni siquiera siento por completo eso que debería sentir, solo sé que tú, con ayuda de Dios me hacen sentirme fuerte y viva.

También te extraño, y a esas aves que nadaban para nosotros y esa hermosa platica que pocas veces suelto tener y el sol quemándonos la piel, también eso extraño. Pero al igual que tú extraño tu presencia a mi lado mi querido amigo.