Los licenciados con los que me
topo son sensuales, Son sabrosos, voluminosos en sus pantalones. Los
licenciados se me antojas arriba y debajo de los escritorios, en las noches
fuera de la oficina, en medio de pláticas aburridas y de copas de vino. Los
licenciados mientras más trajeados andén más sucios me parecen en la cama.
Necesito dosis de licenciados, no uno ni dos muchos licenciados para mi,
algunas camas cuadradas como los mismos licenciados.
Me gustan los licenciados que son
cuadros, los que aparentan, los jóvenes, los maduros, los casados, los
solteros; tengo filia por los Licenciados; y creí que jamás me volvería más
pervertida de lo que soy. Por sus tan propios protocolos solo termino yendo a
cenar. Los licenciados tienen solo un defecto; que por diferente escusa,
ninguno me ha cogido.
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