Colima entro por la ventana, mañana dejaremos las maletas ya listas para fugarnos a Colima; el romanticismo desafía la naturaleza de los que empezamos esto sin sentir nada, de los que no tenían promesas para el otro y gozaban de infortunios y esperas vanas.
Las maletas están listas y la guitarra acústica preparada para tocar a Filio de mañana en el parque de Catedral y en el callejón; los ojos se vinculan y nosotros que no sentimos nada en un inicio nos forramos de cosas positivas y besamos nuestras bocas, idealizaciones mueren y el pasado se borra.
Solo necesitas hacer planes para que Dios ría a carcajadas, el trovador de mis sueños, el metalero de Sonata Artica y el tipo que conoce mis gustos son solo uno, tú. Deje de idealizar cuando llegaste, cuando días antes pensé en un basta y en un adiós.
No nos amábamos, y así, rápidos como somos, nos congeniamos de tal manera que veo en ti un reflejo de mi; te veo y ahora no sé si quiero dejarte ir, no espero un final como el otras ocasiones, ni busco la manera de no enamorarme; porque contigo siempre abra un mañana y nunca un adiós.
Café con pan en la mañana ¿Qué dices? Desayuno en Nogueras o Comala o unos besos apasionados bajo los árboles del Remate, dame tu mano, seremos soledades y cuentos compartidos bajo la desnudes de una tarde calurosa de marzo, mientras te recito un párrafo del libro de García Márquez y el calor nos ataca la espalda en el motel donde pase mi adolecencia, que promete ser maravilloso con el retapizado de sentimientos, vamos al Cobano, a la espiritualidad del seminario y esperemos la tarde con una buena copa en el centro.
Ya que Colima entro por la ventana y tú por los ojos, la boca, el sexo, las manos, las mejillas, los pies y el corazón.
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