Empezaré diciendo que le quiero, que me mueve el alma, la
luna, la vida y el sexo. Empezaré con una sonrisa cuando veo reciprocidades en
tus labios; empezaré con abrazos de medio tiempo por las prisas de la mañana,
la noche o lo que sea; empezaré con un plan de no hacer nada mas que besarnos
en las añoranzas, en las 2 horas que tenemos antes de los compromisos social y
los preceptos requeridos en tiempos y espacios anteriores.
Y una vez empezado siguen las risas, los besos, las caricias
y el amor; el amor que se dará como se venga en gana: en dosis de ternura, en
besos largos y seductores, en salvajes abrazos que sofocan y existan, en golpes
duros al sexo y en jadeantes eyaculaciones. Seguiremos con momentos invertidos
en películas, platicas, recuerdos, ideas y compromisos. En cosas que no sabemos
decir pero que sabemos mirar, en nosotros y solo nosotros.
Porque para terminar hay que empezar y yo quiero terminar en
ti. Y que duré lo que Sabina, Filio y Benedetti quiera. ¡Olé! que esto es para
disfrutarse y mover las caderas en la cama, en la sala, en lugares oscuros, en
los bares, en la imaginación y en tus ojos que estarán conmigo cada noche desde
que me robaste el corazón.
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