A mi lector

La vida cotidiana esta llena de personas con dobles identidades, y un día de desahogo sentimental decidí crear este blog con el fin de darle voz a mi cerebro, donde mis mas bajas pasiones, mis intentos de asecinato social y mi manera de pensar bajo los efectos de ocio; forman reconditas ideas. Te invito a sentir lo que yo, a odiar conmigo y a... ¡Bueno a la Chingada! solo lee si quieres ok?

martes, 2 de octubre de 2012

La historia de María Clara


-Como pueden observar el corazón de la paciente aún palpita, pero está muerto- dijo el doctor a sus colegas –esto es sin duda un milagro de la medicina moderna.
El corazón del que hablaban era el de María Clara, una joven que había sido paciente desde hace ya 8 años. Los síntomas comenzaron tras el primer gran rompimiento emocional de María Clara; se había enamorado terriblemente de un joven buen moso que no le correspondía y tras noches de agonía y de dolores en el pecho acudió al mismo medico que hablaba en el párrafo anterior con sus colegas.
-María Clara es imprescindible que dado tus problemas emocionales procures no enamorarte nuevamente, puesto que con cada desilusión tu corazón se va rompiendo literalmente y un día de estos te vas a quedar sin él. – pero María Clara por más esfuerzos que hizo no pudo evitarlo, se enamoro muchas veces más. La lista de amores abarcaba trovadores, bohemios, arquitectos, magos, escritores, políticos y demás. Y las citas al doctor fueron más constantes.
Para contrarrestar los síntomas el doctor le pidió a María Clara que sentara cabeza con alguien bueno del cual ella no estuviera enamorada, así mientras se iba recurando su corazón no sentiría dolor alguno. En sí, la decisión no fue difícil puesto que el corazón de María Clara solo funcionaba en un 30% para ese entonces y ella pensaba de manera fría y calculadora. Habían pasado 8 años desde el primer desamor y las actitudes de María Clara eran notoriamente egocentristas y calculadoras, ya no era aquella niña que sin duda amaba más de lo que pensaba.
El tratamiento comenzó a funcionar muy bien y a medida que esto sucedía María Clara sonreía y lloraba de nuevo, pensaba en su vida y el amor. Resignada a que era por su propio bienestar prosiguió con aquel buen hombre a quien no amaba y fueron, dentro de la realidad, muy felices.
Acercándose diciembre ocurrió el infortunio de volver a ver, sin querer, a su primer desamor; después de una breve platica María Clara estaba extasiada, había olvidado que era enamorarse y por ello no pudo frenar sus sentimientos, su corazón constante y cansado palpitaba rápidamente, aquel hombre le deseaba y si pensarlo María Clara se entrego a una noche sin retorno en los brazos de ese que años atrás habían comenzado el rompimiento constante del corazón de María Clara.
A la mañana siguiente María Clara despertó sola, él se había marchado dejando solo una carta breve donde explicaba que no podía volverla a ver más. Mientras leía la carta María Clara lloraba amargamente, y de repente un dolor en su pecho la detuvo, era insoportable, como jamás lo había sentido, no podía levantarse del piso, María Clara agonizaba, sin poder respirar siquiera miraba hacia la nada con desesperación y se apretaba el pecho. Dentro de sí misma podía sentir como poco a poco el corazón de desquebrajaba y dolía, como cuando llega la muerte. Increíblemente las lágrimas y el dolor pasaron y María Clara pudo al fin levantarse, pero ya no era la misma, sabía que ya no amaba a nadie ni a nada.
A partir de ese día caminaba en la calle con los ojos hundidos, no reía ante un evento cómico, ni se inmutaba con las películas románticas de la televisión, el único sentimiento que le había sobrevivido en el cuerpo era el agradecimiento mismo que le ayudo a vivir en paz con el hombre que no amaba por el resto de su vida. María Clara fue un milagro medico, y por eso la gente de ciencia permanecía asombrada. María Clara simplemente continuaba su vida. 

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