A mi lector

La vida cotidiana esta llena de personas con dobles identidades, y un día de desahogo sentimental decidí crear este blog con el fin de darle voz a mi cerebro, donde mis mas bajas pasiones, mis intentos de asecinato social y mi manera de pensar bajo los efectos de ocio; forman reconditas ideas. Te invito a sentir lo que yo, a odiar conmigo y a... ¡Bueno a la Chingada! solo lee si quieres ok?

domingo, 27 de diciembre de 2009

Son

¡Puta madre! Son las 5 de la mañana y mi deseo de caminar por merito y ejercicio se muere, ayer me largué de juerga y como no tomé las desveladas solo son más pesadas. Mañana prometo levantarme pero hoy ni pendeja me levanto.

Algunos días este lugar es la paz de mis mares pero hoy que me levanto con las ganas de sexo y los pensamientos puestos en mi David quisiera ahogarme en agua fría y mentarle la madre al sexo y pienso: "¿para que hijos de puta sé invento?, ¿Qué no era solo con fines reproductivos?" Pues yo digo: "¡A la mierda con el sexo!" Porque mientras más ganas tengo de él sé que más difícil será el disfrutarlo solo con mi David, asi que me remojo en los sueños que intento alcanzar.

Son las 7 am, después de pelear conmigo misma pude dormir dos horas pero ahora Alana llora y ladra por su libertad, y con tal de dormir más la despojo de sus ataduras sin que me importe un pito que mi bata de dormir sea transparente y que algo bueno vean los hombre de La Hera que se ve por mi patio.

La falta de privacidad de mi casa no me dejar ponerme de modo listo para autosatisfacerme y pienso: "¡Mejor! Pobre mío de mi David… la que le espera". Aunque de mi David ni sus luces, ni sus mensajes, ni un húchala-perro pero así me gusta que le vamos a hacer.

Son las once y mis senos están ardiendo ¿y si les pongo hielo?, mejor dormir una vez más, creo que tengo que dejar de comer carne ¡eso, no más carne!

Son las tres…, las cinco…, las ocho de la noche y saldré con Ricardo. Esta noche nos bañaremos desnudos en la piscina de la ramada de siempre, esa azul que siempre esta sola, ahí seguro se ve baja lo caliente porque en invierno el agua esta más que helada y en la playa no se diga.

Son las once de la noche, y vamos de regreso a nuestras casas. El instinto nos fallo y la casa que siempre estaba vacía, hoy completamente llena y yo caliente, muy caliente, así que valiéndome madre nadé desnuda en el mar donde la bendita libertad me relaja tanto como se puede. Oda a la libertad de dejarme satisfacer por las olas, por los dedos, por la luna, esa pequeña libertad que terminó con el grito de Ricardo de: “policía”, pero que fue satisfactoriamente terminada.

Son las doce… ¡Muy buenas noches!

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