Eres mi David de Miguel Ángel. Tan adepto de formas, esculpido sobre piel y huesos, creces monumental con cada prenda de la que te deshaces.
Por eso me gustas cuanto estas desnudo porque te esculpes a ti mismo y te colmas de formas en cada movimiento, porque me abrazas con tus pieles y muslos, eres mi David viviente.
Te aseguro que jamás hubo cuerpo masculino que me provocase tanto con verlo. Déjame meter mi mano en tu bragueta y esculpirte las partes de tus formas y moldearte a mi gusto y tocarte y arañarte y dejarte mi firma entre tus partes.
Se mi arcilla o mi mármol en la cama, déjame darte vida momentánea con el calor de mi aire para dejarte dormir y poderte admirar como la bella escultura que formas.
Interminablemente tuya… tu escultora.
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