Lo confieso si soy una hija de puta, la persona más
despiadada del mundo, puedo moverme de cordero a loba en dos miradas y puedo devorar
corazones mientras paso por los cuerpos moribundos bajo mis pies; pienso solo
en mi y hace años que el amor es solo un concepto que pasa sobre mi mesa por
las bases de la estabilidad emocional. ¡Está bien! Realmente nunca he estado al
cien por ciento enamorada pero eso no me hace una maldita, pero también es
verdad que nunca es mi intención simplemente me doy cuenta que ese no es el
camino que debo tomar y punto.
Lo confieso me gusta el café porque es oscuro como el color
de piel de los hombres que me gustan, los hombres de raza negra; me gusta
porque es caliente como las playas; por misterioso como los pensamientos de la
gente; porque es amargo como la vida y porque lo amo como amo la libertad. Por
eso no puedo tomar café todo el día porque no puedo ser libre del todo.
Confieso que amo la vida como me ha llegado y así putrefacta
o deliciosa la abrazo contra mí y no la dejo ir, porque así soy yo y así amo
vivir.
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