Madurar, madurar es una mierda de medida postulada por algún
pendejo que nunca fue ni más maduro ni más humano que un ente errante. Madurar ¿qué
es?, ¿qué se hace con ella?, ¿Madurar? ¡a la mierda! Sociedad capitalista y
retrograda, llena de mentiras que se tragan todas y todos gustosos.
Idealizaciones del ser donde todos somos más o menos ideales al concepto del
buen ser humano.
Madurar es algo que se hace o no se hace, como coger o masturbarse,
madurar es chingar al prójimo con la pendejada de que la felicidad se mide por
logros o por monedas (preferentemente extranjeras). Madurar es dejar de ser
niña y divertirme, es medirme entre horarios y posturas, es irle al norte o al
sur. Es casarse, tener hijos y joderme. Es vivir en cuatro cuartos de mundo y
pensar en los demás, la puta humildad que no tengo.
Ahora me emberrincho y sé que eso es inmaduro ¿pero porque
chingados no soy parte de un molde social?, ¿Por qué no soy un útero o alguna
incubadora sin cerebro? ¡No! Madurar para mi (pese a quien le pese) es quejarme
a grito y llanto suelto de no querer entrar a este concepto, de no querer jugar
en este juego de roles y de espacios.
Madurar es poner las cartas en la mesa y decir ¿Qué chingados
quieres en mi mundo?, es morir en el orgasmo, aunque mi vecina sea una monja,
madurar es saber a ciencia cierta que amo y que quiero y sobretodo que es eso que nunca
voy a querer ser. Madurar es disfrutar de pláticas de series sin sentido y del último
texto de investigación de Algarra. Madurar es jugar Naked poker y perder a
ciencia cierta y con la mano en el sexo. Lo demás es una mierda y fin.
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