El olor a sangre coagulada empieza a dilatar el paladar,
creo que comenzare nuevamente con ese breviario oscuro que ataca mi cerebro
algunas veces, el gusto por la muerte me ensordece y me llama lentamente, me
invita a hundirme entre las fauces de la madrugada negra y escalofriante. He
deseado tanto quedarme en el lado oscuro que puedo oír perfectamente a las
brujas llamándome, los vampiros me accedían y las ganas de no volver a sonreír
me comprimen las ganas. Quiero moverme de nuevo al lado oscuro.
Un regreso poco esperado
Hace 11 años
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