Me refugio en casa de amigos recientes o de antaño, eso es lo de menos; tus desprecios son parte de la vida cotidiana. Intento ser fuerte, pero tú con tu indiferencia estas ganando la guerra sin saber siquiera que combates.
En fin, TE ODIOOOO, te odio, te odio y quiero borrarte ya de mi mente.
Tu infame sutileza para ser un hijo de la chingada solo me deja mas desorientada de lo que pude estar antes, no quiero terminar, pero no quiero que seas tu el que gané, no quierooo!
Asi que ni modo, el sacrificio vale la pena para reposicionarme en mi vida y ser total ama y señora de mí.
Asi que seguré huyendo con el fin de no volverme loca pensando en tí y sufriendote.
Un regreso poco esperado
Hace 11 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario