Mi nuevo viaje

No tengo nada en mi maleta, nada que importe porque lo que importa lo he incrustado en mi piel desde antaño y las tardes lluviosas me piden que me de prisa, los recuerdos vivientes llorar mi partida y los seres humanos que me quieren no saben que me voy. Esta etapa vivida termina triste y dolida como las otras y la comida ya no tiene sabor, me voy porque los besos que saben delicioso son dados con raquítica frecuencia y no en bandejas como en otros tiempos, “es la crisis” dirán pero eso a mí no me importa, peores tiempos de miseria emocional he vivido y sé lo que de verdad es no tener amor en la mesa para devorarlo y tener la barriga llena.

Mi maleta esta vacía y aun así me voy, a llenarla en otro mundo, sueño con camiones que me lleven lejos a conocer personajes de otras historias, amantes que se ahoguen con el propio amor que se tienen dentro y sin soltarlo, de gente que vive soñando y se suicida cuando tropieza con la realidad; y me rio de estos porque fui una de ellos que falló al intentarlo y por eso aprendí a vivir la vida, a quien lo logran mis felicitaciones por haber hecho algo bien en su vida, de lo contrario estarían huyendo de todo como yo.

Mi cuarto ya no me gusta y por eso lo dejo, y precisamente ayer me di cuenta cuando dormía placida mientras mi pajarillo se poso en mi ventana, por eso siempre tengo una ventana. El pajarillo entro y me hablo al oído y me dijo que era momento de partir, aquí ya nada queda para ti, aquí no está lo que buscabas, así que toma tu maleta y vente conmigo a buscar eso que tanto buscas.

El pajarillo perforo mi corazón y se llevo mi espíritu para asegurarse que no me quedaré, ellos dos viajan encontrando posibles hostales para nuestra mente y después el cuerpo; yo prepararé mi maleta pero no sé qué hacer porque no tengo nada en ella, si espero un poco más en mi maleta tendré por lo menos la acreditación social de que pase los últimos 5 años intentando comprender la puta comunicación.

Las esporas salen de todos los lugares y bailan a mi alrededor sin dejarme dormir y me pican las costillas y se burlan de mi a mis oídos haciéndome llorar inconsolablemente, no eres feliz no lo serás a menos que te vayas de aquí, me dicen al oído y yo comienzo a creer esas historias, por eso me voy porque a donde voy las esporas son aun pequeñitas y como cuervos cuando crezcan morderán la mano que las alimentará, se irán sobre mi y tomarán venganza contra mi cerebro para salir huyendo de ahí como otras veces.

Mi ritual tomará forma cuanto con las lagrimas en el corazón los deje a todos lo que me quieren aquí y les diga cosas horribles para que se alejen de mí y me odien, aunque los ame de igual forma cuando se odia se extraña menos, al fin y al cabo siempre estaremos del otro lado de un teléfono. Casi lista estoy mi pajarillo, huyamos nuevamente solo deja que el invierno llegue de nueva cuenta y que pasé este año amargo en la soledad de mi habitación.