Soy una vampiresa sedienta de sangre y líquidos, llévame a donde los mortales no pueden ir solos, tócame la piel y que me enrede en tu ser, déjame juguetear contigo y fumarme un cigarrillo con el desprecio que tendré cuando esto termine, para ganar el éxtasis final de la discordia y del egoísmo de sentir placer.
Eres mi nueva víctima de media noche y un juguetillo con el cual divertiré mis noches de soledad, tengo las tácticas esenciales para llevarte a la trampa y para que caigas en mi guarida, diviérteme un rato que no pediré más que eso, no sé qué busques tú, pero si no te cuidas, tu corazón saldrá lastimado.
Siéntete alagado de que me erices la piel cuando pasas junto de mí, puedo olerte a distancia mí nueva presa, puedo salivar imaginando tantas cosas, como tenerte deseando mi piel en el antro, ese día te veías tan bien, como para arrancarte los pantalones y romperte la playera de un tajo al tiempo que te tiro en la cama.
Tu baile me seduce y me recorre y, los ojos cafés juegan a cautivarme, los rizos de tu cabello con el adicional que mejora con el arete de tu oreja, eres como la edición especial de mis colecciones, ese al que sólo le falta quitarse la pinta de ejecutivo para ponerle botas, paliacate y subirlo a una Ducati, y yo, con eso sí me voy hasta el otro lado del mundo, con tal de pasar una seductora noche bajo las estrellas de una playa solitaria.
No sé si quiero juguetear realmente, algo me detiene, será la flojera de conocer nuevos cuerpos o la esperanza de que quienes ya pasaron por mí, mejoren con las promesas que me hacen, sólo sé que mientras las ganas de carne y sangre crezcan, tú serás la nueva víctima de esta vampiresa y el nuevo juguete de la niña.
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